1. Introducción: dos siglos y medio de exilio.
1.1. "La emigración española".
Así se llamaba a miles de personas exiliadas en la primera mitad del siglo XIX, debido al fracaso de las revoluciones en nuestro país. En la segunda mitad, muchos españoles y españolas emigraron a América, por motivos económicos. Así se llamaba a miles de personas exiliadas en la primera mitad del siglo XIX, debido al fracaso de las revoluciones en nuestro país. En la segunda mitad, muchos españoles y españolas emigraron a América.
1.2. La literatura en el exilio.
La literatura española desde el siglo XVIII.
Ejemplos:
Como la filosofía ( José Gaos, María Zambrano )
Las ciencias ( Severo Ochoa )
Artes ( Picasso, Maruja Mallo)
Muchas personas nunca consumaron el regreso tras la muerte del dictador, en buena parte por la amarga sensación de extrañamiento y desarraigo que provocaba el olvido impuesto durante cuatro décadas.
No es exagerado afirmar que las personalidades más destacadas de las Literaturas Hispánicas Contemporáneas vivieron o conocieron la experiencia del exilio y la convirtieron en sustancia de sus obras.
1.3. El exilio interior.
Durante la dictadura franquistas, hubo exiliados que regresaron a España.
Ejemplos:
Activista y polígrafo( Joan Oliver )
Polígrafo ( Joan Oliver )
El poeta ( Jorge Guillén )
Algunos lo hicieron de forma casi o totalmente clandestina.
También hubo escritores de la generación del 27, como Dámaso Alonso y, sobre todo, Vicente Aleixandre, premio Nobel en 1977, jamás llegaron a salir del país, se dedicaron a escribir o a investigar dando testimonio de lo que pudo ser y de una u otra manera fue.
1.4. Los exilios latinoamericanos.
La fragilidad de las democracias en la España contemporánea se comunicó o se reprodujo en los nuevos estados nacidos de la Independencia de América, donde las literaturas hispánicas también se escribieron al otro lado de la frontera o a miles de kilómetros de distancia.
La sucesión de golpes de estado y la hipoteca militar sobre los gobiernos elegidos por sufragio fue constante durante más de un siglo en Argentina, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Paraguay y los estados de Centroamérica.
Lo cual no quita que también hubiera exiliados mexicanos en distintas épocas de la dictadura del PRI (Partido Revolucionario Institucional), al menos desde 1968 (matanza de la plaza de Tlatelolco) hasta el 2001 (marcha zapatista sobre México).
2. La pulsión incluyente.
2.1. La marca de la modernidad hispánica.
No es extraño que la experiencia del exilio y la reivindicación de una patria incluyente, que fuera capaz de superar las fronteras internas entre clases, ideologías, etnias y naciones, se hayan convertido en motor.
- El regeneracionismo, después del llamado desastre del 98; y el republicanismo como consecuencia de las Guerras de África.
- Un nacionalismo romántico de corte conservador en todos los territorios peninsulares (catalán, vasco), aunque recordemos más y mejor a los románticos liberales.
- La Guerra de la Independencia contra el Imperio napoleónico, cuyo componente fratricida fue retratado por Goya en Los desastres de la guerra. Sin embargo, es lo más parecido a una revolución que pudiera incluir a los pueblos, las etnias y las clases marginadas por el Antiguo Régimen, al menos hasta la revolución democrática de 1868 y el republicanismo de 1931.
- La Ilustración fallida en España, en lucha pírrica contra el casticismo, a pesar de que diera frutos tan cosmopolitas como una novela educativa.
2.2. Las culturas perseguidas por el Imperio.
La semilla de la inclusión y la visión más realista de las Españas exiliadas se encuentra en las primeras víctimas de la fundación en falso de una nación excluyente por los Reyes Católicos, quienes en 1492.
- La Conquista de Granada, legitimada por un pacto de respeto a la libertad religiosa que fue, sencillamente, anulado en 1504.
- El primer viaje de "descubrimiento" y la Conquista de América.
- La expulsión de los judíos o su cristianización forzosa.
- La revolución de las Alpujarras, que concluyó con la derrota de los moriscos y su primer destierro a Castilla, hasta que en 1609 se decretó su expulsión bajo amenaza de muerte del territorio peninsular.
- La persecución contra la Reforma protestante en territorio del Imperio, tanto España como Europa y América. En Sevilla se formó uno de los núcleos más activos.
2.3. Las grandes obras de la identidad plural: los otros en el nosotros.
Pues bien, la realidad cultural, la mentalidad y el imaginario de quienes crearon las mejores obras de la literatura en castellano, catalán, gallego, estuvieron profundamente traspasadas por el encuentro entre los diferentes y por el esfuerzo de incluir la vivencia, el lenguaje y hasta el habla de esos otros que componían nuestra identidad plural.
- El Tirant lo Blanc, que recorre e integra todas las culturas mediterráneas.
- La novela picaresca, al menos en sus versiones más realistas (Lazarillo, La pícara Justina) y menos aristocráticas (cfr. el Buscón de Quevedo).
- Las obras de Cervantes, especialmente en el Quijote, que incluye personajes y relatos de fuentes multiculturales.
- La poesía mística de Juan de la Cruz.
- Algunas obras clave del teatro español: por ejemplo, La Celestina de Francisco de Rojas o Amar después de la muerte, de Calderón de la Barca.
3. Viaje por el exilio en obras que permanecen a través del tiempo: fueron y volvieron.
3.1. El exilio ilustrado.
Cadalso, Cartas marruecas.
3.2. El exilio liberal.
Blanco White, Cartas de España (Letters from Spain).
3.3. El exilio republicano.
Luis Cernuda, "Un español habla de su tierra", Las nubes (1936-1958).
3.4. El exilio catalán, gallego y vasco.
Pere Calders, Quaranta-quatre contes molt breus.
3.5. El exilio femenino y feminista.
"Yo sigo aquí dedicada a múltiples tareas y siempre a la espera del «santo advenimiento» que jamás se produce y que jamás se puede ni prever a través de la lectura de diarios madrileños,
María Zambrano, "Amo mi exilio", Las palabras del regreso.